Emociones que se esconden tras el sobrepeso

Si una persona tiene sobrepeso esto no siempre significa que ella no hace deporte y se alimenta mal. Si, es cierto que si empiezas a practicar deporte y empiezas a cuidar un poco más tu alimentación, lo normal es que adelgaces. Pero si no descubrirás de dónde viene el sobrepeso, seguramente, el resultado no será para toda la vida.

Puede que te sonará raro, pero muchas personas inconscientemente se resisten a perder peso. ¿Por qué? Porque este sobrepeso u obesidad les aporta algún beneficio secundario.

Antes de empezar a engordar tomamos la decisión de hacerlo. Está claro que esto se hace de manera inconsciente, pero es una decisión. Nuestro cuerpo junto con nuestro subconsciente deciden que el sobrepeso nos aportará algo que nos hace falta. Los motivos puedes ser distintos y estos son los más comunes:

  • Protección

En este caso el sobrepeso nos sirve para protegernos de este mundo tan «peligroso» y «cruel» o de las personas que viven en él. Muchas veces esto pasa en las situaciones de mucho estrés como: pérdida del trabajo o de vivienda, separación, relaciones tóxicas, muerte de alguien cercano, problemas económicos, etc.

En este caso el sobrepeso se ve como una pantalla de separación que separa nuestro ser “frágil” y «desprotegido» del mundo exterior. En este caso el deporte y la buena alimentación nunca entran en nuestra vida porque nuestro subconsciente nos va a sabotear y hará todo lo posible para no permitirlo. Porque si no, nos quedaremos sin “protección”.

  • Aumento de nuestro valor

¿Qué puede hacer la persona que cree que nadie le hace caso ni la toma en serio? ¿Cómo puede aumentar su valor? Creo que ya lo intuís. ¿Verdad? En este caso inconscientemente pensamos: “Me haré grande y entonces será más complicado ignorarme. ¡Los demás siempre traspasan mis límites por lo que los tengo que ampliar y fortalecerlos!”

Nuestro cuerpo hace lo que nuestra mente le ordena. No importa si es una orden consciente o no. Incluso en el mundo animal vemos esta estrategia de protección cuando los animales se inflan, levantan las plumas, erizan el pelo, etc. Todo esto es para parecer que son más grandes. Como diciendo: “Soy más grande de lo que piensas. Mejor no te metas conmigo”. Las personas con baja autoestima a veces reaccionan igual.

  • Represión de la sexualidad y la atracción

Si una persona ha sido víctima de violencia en algún momento de su vida, el sobrepeso puede servirle como algo que le ayude a ser menos atractiva, que la protegerá de repetir esta experiencia tan traumática en el futuro. En caso de las mujeres, los expertos en psicosomática relacionan la acumulación de grasa en la zona del abdomen, pelvis y muslos con la no aceptación y el rechazo profundo de su feminidad.

Por lo que, si has notado que últimamente tu ilusión por la vida ha desaparecido y al mismo tiempo has aumentado de peso revisa tus relaciones.

  • Soy fuerte e independiente

A veces puede pasar que una mujer empieza a engordar muy rápido cuando se ve obligada a hacer en su familia tareas que considera “masculinas”. Por ejemplo, hasta hace poco se consideraba que la obligación de mantener a la familia era del hombre. Por suerte la cosa está cambiando hoy en día, pero si una niña se ha criado en una familia con estas creencias, en su mente subconsciente esta idea puede estar incrustada sin que ella se de cuenta. Entonces, si en algún momento de su vida esta mujer se ve obligada a mantener a su familia ella cree que tiene que ser fuerte. Y para algunas personas ser fuerte significa ser grande. En este caso tanto nuestra mente como nuestro cuerpo empiezan a «ayudarnos» y nuestro cuerpo se hace cada vez más grande.

  • Busco en mi plato lo que me falta en la vida

Si una persona se siente privada de algo en la vida, ella lo buscará en otro lugar. Esto puede traducirse en cualquier tipo de dependencia o trastornos alimenticios. Muchas veces intentamos llenar nuestro vacío interior con comida o las cosas materiales externas.

Aparte de estos motivos puede haber muchos más, pero todos ellos demuestran lo mismo: no nos queremos ni valoramos lo suficiente. No nos conocemos en absoluto. Ni nos imaginamos como trabaja nuestra mente y como nuestra mente influye en nuestro cuerpo y en nuestra vida en general. La mente no se ve obligada a proteger a su dueño con estos métodos si: la persona sabe como gestionar el estrés; cuando su autoestima está bien; cuando ella vive en paz con los demás y sabe hacer que su vida no dependa de la opinión de otras personas; cuando sus necesidades personales siempre cuentan y ella no los limita o sacrifica por el bien de los demás; cuando la persona no huye, ignora o se esconde de los problemas o dificultades que surgen en su día a día, sino intenta resolverlos por muy difícil que esto parezca. En estos casos nuestra mente no se ve obligada a protegernos. Podemos solucionar todos estos problemas, podemos sacar todas estas creencias a la superficie, trabajarlas y cambiarlas por otras. Solamente hay que dejar de buscar escusas y empezar a actuar.

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